El Dr. Jaime Nubiola, profesor de Filosofía de la Universidad de Navarra, estuvo durante una semana con los profesores de la UDEP, dictando numerosas conferencias y reflexionando, entre otros temas, sobre el rol del profesor universitario y cómo enseñar a pensar a los estudiantes.
Por Julio Talledo. 16 enero, 2014.El Dr. Jaime Nubiola, profesor de Filosofía de la Universidad de Navarra, estuvo durante una semana con los profesores de la UDEP, dictando numerosas conferencias y reflexionando, entre otros temas, sobre el rol del profesor universitario y cómo enseñar a pensar a los estudiantes.
Me llama la atención una frase suya que dice: “la gente ha renunciado a pensar”. ¿En qué hechos basa esta afirmación?
Uno de los rasgos dominantes de la juventud actual es la superficialidad. El rehuir al pensar es adoptar un estilo de vida superficial que se concentra en el consumo de bienes materiales, en la acumulación de bienes, las sensaciones ocasionales, pero no en la reflexión, el estudio, el esfuerzo. Es un rasgo detectado por todos los analistas sobre lo que pasa en la sociedad contemporánea.
El ‘pensar’ se relaciona a la filosofía. Algunos docentes le rehúyen a la filosofía argumentando que están dedicados al plano técnico. ¿Es difícil hacer entender que el pensar involucra a Ciencias y Humanidades?
Por eso hablo de pensar y no de ser filósofos. Mejor piensen que el mejor filosofo del siglo XX en un ingeniero, el austriaco Ludwig Wittgenstein. El punto interesante es que en nuestra cultura contemporánea la gente que se detiene un momento, echa de menos la formación humanística, esa capacidad intelectual. Por eso, en vez de ponerlos a “pensar” los pongo a “escribir”. Hemos de conseguir que todos los profesores escriban, escribir para pensar. Solo pensamos cuando ponemos por escrito lo pensado. Escribir es aclarar nuestro pensamiento, poner en claro lo pensado.
¿Y dónde estaría el origen del “no pensar”?
Hay muchas explicaciones. Una se atribuye a la cultura audiovisual en la que vivimos. Las personas descansan viendo imágenes en la televisión, eso obtura nuestra mente, nos bloquea el pensamiento y la inquietud, porque la frontera entre la ficción y la realidad es muy dudosa; no nos interpelan esas noticias…
Hasta los mismos medios han perdido la capacidad de pensar…
Por supuesto. Los medios se dedican a entretener actualmente…
¿Así sean medios informativos?
Sí. Los medios informativos hoy tienen control sobre la audiencia y saben cuándo cae; entonces emiten noticias escandalosas o de asesinatos para llamar la atención del público. Y dicen: esto es lo que la gente quiere; y tienen razón, porque hoy la gente no tiene gran interés en la reflexión., más bien piensa que el que reflexiona pierde o sufre innecesariamente. El dogma fundamental en nuestra cultura es que no hay que sufrir, pero en la vida también hay un poco de sufrimiento.
Cuando se reprocha esa forma de hacer noticias se apela a la libertad de pensamiento para el público. ¿Cuál es la diferencia del pensar con libertad?
En el pensar con libertad pondría la fuerza en “pensar”, actividad intelectual reflexiva, de someter a reflexión la propia vida, los fracasos que hemos tenido y de cómo encaminarlos mejor. Mientras que la libertad de pensamiento, en nuestra sociedad política, es que cada uno puede tener la opinión que quiera. De hecho, a los jóvenes no les interesa la política, no tienen nada de compromiso vital. Los jóvenes de mi generación estaban haciendo revolución, se apuntaban en grupos para cambiar el mundo, lo que quieren ahora es una vida más tranquila, como digo a veces: quieren vivir a costa de sus padres para luego vivir a costa de sus hijos.
Pero existieron muchas ideas erradas en ese camino de cambiar el mundo en las generaciones anteriores…
Cada generación tiene sus cosas buenas y malas. Los chicos de hoy son más cordiales, amables, dominan la tecnología, no son conflictivos, no van a pelearse con nadie, pero también llevan como elemento añadido la superficialidad, falta de responsabilidad social del entorno donde viven. Si esto sigue así fracasaríamos en nuestra misión educativa. Por eso, debemos educar a nuestros estudiantes en una misión de servicio, para que los que están abajo no estén siempre abajo.
La superficialidad existe en las nuevas generaciones. ¿Hay algún grado de responsabilidad de las universidades o de los centros superiores de enseñanza?
No creo poder contestarte. Hay que ver responsabilidades, elementos, modas, cambios históricos que acontecen en nuestro mundo y que ahora van en una dirección y después a otra. Esto se advierte aquí en Perú por la caída del interés por las Humanidades. Los estudiantes quieren hacer Ingeniería o Empresas, no Humanidades, desconfían de ellas, cuando en una sociedad tienen que haber fontaneros, albañiles y humanistas porque conocen una parte importante de la vida humana. Es una atención inmediata a lo eficaz, a lo aplicado, y eso es una pena porque hace falta complementar la aplicación con una información básica como la que se imparte con los estudios generales…
Más en un país como el nuestro donde ese ha acuñado la frase “lo que el país necesita son técnicos en vez de otro tipo de profesionales”…
Pero nos hace falta de todo, y más en Perú donde existen todavía muchos ciudadanos sin educación. No puedo ser feliz con millones de personas en extrema pobreza. Hay que estudiar y trabajar para cambiar el mundo. Hay que persuadir a los ricos que tienen que crear trabajo, que tienen que transformar la sociedad. La gente más privilegiada tiene un deber irrenunciable de servir a sus conciudadanos.
Entonces no está peleado lo técnico con lo humanístico…
Al contrario. Para poder desarrollar una transformación técnica hace falta tener buenos humanistas.
Con respecto a la creatividad del empresario, ¿qué se entiende por ella? Muchos la relacionan a la creación del invento que puede cambiar el mundo…
La creatividad es la capacidad de innovar, de ver la realidad con ojos nuevos para lograr nuevas soluciones a los problemas que tenemos planteados. En el tema empresarial, es central que un empresario puede repetir lo que todo el mundo hace, pero si quiere llegar más lejos, tiene que hacer lo que hacen los demás y hacer lo que los demás no llegan a ver, lo que hay que hacer.
Entrevista realizada en el año 2008.